Tras finalizar el periodo de prácticas he llegado a una serie de conclusiones:
La experiencia me ha demostrado que mientras un grupo de niños entendían todo a la primera y avanzaban más rápido y con menos dificultades, otro era mucho más lento en el aprendizaje aunque las explicaciones eran las mismas. Por tanto, mi alternativa de mejora está en relación con la importancia de las evaluaciones iniciales. Sabiendo previamente cómo es un determinado grupo podremos adaptar la programación a sus características: nivel de conocimientos, madurez… De esta forma nuestras explicaciones estarán acordes con el nivel de la clase en general y con cada alumno en particular.
Otra de las apreciaciones que he podido observar es que hay alumnos que no se esfuerzan lo más mínimo y a nada que trabajan, que se esfuerzan, consiguen muy buenos resultados. Por el contrario, hay muchos otros alumnos que a pesar detrabajar tanto en el aula como fuera de ésta no consiguen muy buenos resultados.A estos últimos, en mi opinión, hay que intentar ayudarlos en la medida que nos sea posible.
Durante estas semanas he reflexionado sobre la importancia que tiene la relación colaborativa entre la escuela y la familia. Algunos alumnos no saben apenas las letras o los colores. Tanto los tutores como los profesores de apoyo están haciendo todo lo posible para que aprendan pero en casa no hacen absolutamente nada y quizás tampoco les animen a aprender. Lo que ocurre es que si no se mantiene una relación de colaboración entre estos dos entes el proceso de enseñanza-aprendizaje se dificulta en enorme medida. Esta relación de colaboración no significa que diariamente los padres tengan que trabajar con los niños lo ya estudiado en la escuela (puede haber padres analfabetos, extranjeros que no conozcan el idioma, muy ocupados…) sino que los padres y la familia en general deben animar a los hijos y ayudarlos en la medida que les sea posible.
Por otro lado, he caído en la cuenta de que una programación didáctica no se puede concebir si no es de forma flexible. La característica principal que debe tener una programación es adecuarse a cada circunstancia y nivel. Por ejemplo, si es el cumpleaños de un miembro de la clase, la profesora ha de tener preparada una actividad especial para que el alumno se sienta por un día más a gusto.
Durante las prácticas he aprendido a relacionarme y a tratar tanto con los alumnos como con los profesores.
Para mantener la clase en orden y silencio la profesora tiene que saber ganarse a los alumnos pero siempre manteniéndose firme. Debe ser una mezcla entre simpatía, cercanía y a la vez saber mantener las distancias y no olvidar que tiene la “sartén cogida por el mango”: Tú eres la profesora y tienes el poder. Se trata de encontrar un punto medio, no ser demasiado seria, estricta, distante, ni tampoco demasiado blanda, tolerante,permisiva… Me parece importantísimo que los alumnos tengan confianza suficiente con la profesora.
Tras darme cuenta de que en ocasiones “corro”demasiado en las explicaciones, en cuanto veo que los alumnos lo entienden no sigo incidiendo en ese determinado conocimiento y esto no es lo más correcto ya que en ese momento puede que lo comprendan pero al poco ya lo han olvidado.Este fue unos de los errores que cometí al enfrentarme por primera vez este año a la clase, soy consciente e intento no pecar de escueta. La profesora-tutora me ha enseñado que hay que tratar siempre de explicar, sobre todo, los aprendizajes nuevos muy despacio y repitiendo los puntos clave numerosas veces,además de tener mucha paciencia.
Puedo recapacitar, también, sobre la importancia que tiene, a mi entender, escoger un libro para los alumnos. El profesor escogerá aquellas actividades que considere mejores y añadirá las que crea oportunas. Existen diversos métodos para enseñar los conocimientos o diferentes actividades,diversas dinámicas de trabajo… Como el refrán dice: “Cada maestrillo tiene su librillo”. Por tanto, cada profesor seguirá la metodología y evaluación que crea más conveniente para sus alumnos.
Esta vez voy a reflexionar sobre la importancia que tiene adaptarse al nivel del interlocutor con un lenguaje o vocabulario adecuado. Poco a poco voy aprendiendo a tratar con los alumnos. Es muy diferente dirigirse a un alumno de Infantil que a un alumno perteneciente al último ciclo de Primaria. El profesor tiene que adecuar el vocabulario a las posibilidades del alumno, utilizar un lenguaje que los alumnos entiendan y además, en cierto modo, les motive.
A través de todo lo vivido he aprendido mucho. Sobre todo a enfrentarme a los alumnos, saber tomar el mando pero creando un clima acogedor, no me gusta tener que “gritar” para imponerme a ellos aunque me he dado cuenta de que muchas veces es la única solución posible. Creo conveniente que siempre al comienzo de las clases se acuerden una serie de normas de comportamiento ya citadas y de esta forma la clase se desenvolverá con mucha más facilidad. Cada vez me he ido sintiendo más cómoda dando las clases, impartiéndolas con más soltura y esto supongo que hará que los niños se sienten mejor y aprendan más. Me gusta asegurarme de que han entendido la explicación e insisto en que me pregunten sus dudas, de esta forma compruebo si he realizado bien mi labor como docente o no. En estas semanas he aprendido mucho: he podido practicar desde el 2º día. La profesora no tiene ningún inconveniente a la hora de dejarme impartir yo la clase o alguna explicación, actividad… De esta forma a parte de aprender observando, aprendo mediante mi propia experiencia lo que considero idóneo.
Por todo ello, puedo decir que he realizado las prácticas de la mejor forma posible. Primero, tomando a la profesora como ejemplo y aprendiendo de ella, su forma de tratar al grupo, de ayudarles, de hacerles partícipes en las clases, de presentarles la información… Después, siendo yo misma la que directamente pongo en práctica los contenidos a tratar, es decir, enfrentándome a los alumnos sin una referencia previa y tomando yo misma las decisiones.
Para finalizar he de decir que me he sentido muy a gusto en este centro, la profesora-tutora siempre me ha acogido con los brazos abiertos y me ha hecho sentir realmente cómoda.
En conclusión, este periodo de prácticas me ha resultado extraordinariamente provechoso, animándome a seguir en la docencia por haber constatado que es mi verdadera vocación y me ha despejado las dudas que tenía acerca de mi capacidad para enfrentarme a un grupo o clase.
Hola Beatriz. Estoy de acuerdo contigo en la importancia de ser flexibles en la programación. Muchas veces las cosas no salen como teniamos previstas y no pasa nada. Lo importante es captar lo que es interesante para los alumnos/as en un determinado momento y sacarle el mayor partido.
ResponderEliminarDesde mi punto de vista también es fundamental encontrar el equilibrio entre la firmeza y la cercanía con los alumnos/as. Al principio cuesta lograrlo, pero al final con esfuerzo se consigue. Tu valoración me ha parecido muy completa e intesesante.
Gracias por tu comentario!, me alegro de que te haya gustado
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ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo en que como profesoras tenemos que tomar el mando,dando sensacion de firmenza, pero siempre teniendo muy presente que tenemos que ser amables.Me ha gustado mucho tu reflexión, en ella nos muestras algunos errores que cometemos como el correr en las explicaciones, algo que a mi tambien me pasaba los primeros dias.Por lo general una reflexion muy completa!!Un beso!
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